Sólo quedan tres. Hoy ha aterrizado en España el segundo preso de Guantánamo acogido en territorio nacional tras el desmantelamiento de la prisión estadounidense en Cuba. El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se comprometió a traer a cinco hombres retenidos hasta ahora en el centro de detención que el presidente de EE UU, Barack Obama, se comprometió a cerrar durante la campaña electoral que le llevó a la Casa Blanca.
Después de que el pasado febrero saliese de Guantánamo el palestino Walid Ibrahim Mustafa Abu Hijazi, que vive ahora en una pequeña localidad española apoyado por una ONG, quien ha aterrizado ahora es un ciudadano yemení, sin causas judiciales pendientes por delitos de terrorismo (ni en la Unión Europea, ni en E.E.U.U., ni en su país de origen), según el Ministerio de Interior. En España vivirá con permiso de residencia y trabajo.
Aún no hay fecha para la llegada de los otros tres ex reclusos -otro palestino, un sirio y, probablemente, un tunecino- ya que, a medida que Guantánamo se va vaciando -quedan unos 180 internos, de los 779 que ha albergado- los casos pendientes son más conflictivos.
Pese a la lentitud con que se están produciendo los traslados, Washington ha agradecido a España su colaboración y la ha puesto como ejemplo ante otros países europeos, más cicateros a la hora de acoger presos.
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